Me he permitido la libertad de rebautizar a la andropausia como el Síndrome de Reducción Androgénica  Masculina (SRAM) ya que pausia significa cese, situación que si bien se ve en la mujer luego de la menopausia, -o sea el cese de la capacidad reproductiva-, ésta no se da en el varón, ya que puede continuar produciendo espermatozoides hasta muy avanzada edad.

Muchos varones experimentan sí, una reducción de la producción de testosterona y de la generación de espermatozoides, como consecuencia de una disminución de la función de la gónada, el testículo.

El testículo, principal productor de testosterona, hormona masculina por excelencia, es comandado a través de una serie de reacciones químicas, desde una primera estructura encefálica llamada Hipotálamo, luego por una segunda estructura conocida como Hipófisis y que junto al testículo, constituyen funcionalmente el llamado eje Hipotálamo-Hipofiso-testicular o gonadal.

Este eje funciona de manera tal, que si la cantidad de testosterona en sangre disminuye, el hipotálamo comienza a segregar una hormona llamada, hormona liberadora de gonadotrofinas la cual estimula a la segunda estructura, hipófisis, para que produzca dos hormonas: la luteinizante y la foliculoestimulante. Su acción sobre el testículo es por un lado, el estímulo para la producción de testosterona y por otro lado, el estímulo para generar espermatozoides. Para ello se requiere un testículo  sano y un eje funcionalmente apto.

Se considera que el SRAM es consecuencia de la deficiencia funcional de este circuito hormonal. Debemos tener en cuenta que este proceso también puede ser causado por el normal proceso de envejecimiento.

Un grupo de médicos canadienses elaboraron un cuestionario para estudiar el SRAM, llamado Cuestionario de Deficiencia Androgénica en Hombres de Edad Avanzada. Son 10 preguntas muy simples de responder pero que orientan al médico en el diagnostico:

1) ¿siente menos deseo o impulso sexual?

2) ¿se siente con menos energía?

3) ¿se siente con menos fuerza muscular o menos resistencia al esfuerzo?

4) ¿ha notado perdida en su altura?

5) ¿disfruta menos de la vida que antes?

6) ¿se siente de mal humor o triste o ambas cosas?

7) ¿sus erecciones son menos intensas?

8) ¿tiene menos capacidad para hacer ejercicios o deportes recientemente?

9) ¿siente sueño incontrolable después de comer?

10) ¿su desempeño laboral recientemente ha disminuido?

Las respuestas afirmativas de las preguntas 1 y 7, o bien, tres o más preguntas positivas, indican, en general, niveles bajos de testosterona. La confirmación la dará el examen de laboratorio para detectar los niveles de testosterona.

Qué pasa si confirmamos la presencia de un SRAM.
Lo primero que se nos pasa por la cabeza es el tratamiento con testosterona, ya que sus niveles están bajos. Este tratamiento puede modificar muchos de los síntomas que ya vimos pero continúa la controversia acerca del uso de testosterona en pacientes mayores dado el peligro del cáncer de próstata.

Si bien la testosterona no produce cáncer, puede activar o hacer más evidente un cáncer de próstata desconocido para el paciente.

Siempre es fundamental contar con el control urológico para determinar los niveles del PSA (Antígeno Prostático Especifico), pero también con el tacto rectal, para determinar la existencia de durezas en la próstata, tamaño y variación del mismo a través de los sucesivos controles.

El PSA es una proteína elaborada en las células de la próstata pero que aumenta en lesiones tanto malignas como benignas.
Algunos consensos sobre cáncer de próstata nos dicen:

A) por encima de los 50 años de edad y sin antecedentes familiares de cáncer, control por tacto rectal una vez al año y mantener un PSA  por debajo de 4 ng/ml.

B) por encima de los 40 años de edad, cuando hay antecedentes familiares de cáncer, tacto rectal y PSA anual.

Si bien el PSA puede dar falsos positivos y por tanto no se considera un marcador adecuado, por ahora es lo único que tenemos, aunque se están estudiando otros posibles marcadores más específicos de este tipo de cáncer.

Si se necesita y se puede medicar al paciente con  testosterona, lo  hacemos, pero también existen una serie de consejos de  acuerdo a cada caso, importantes para mejorar la calidad de vida del paciente.