Si bien la erección es el producto de una serie de fenómenos dinámicos en relación con la entrada de la sangre al pene, -más específicamente, a los cuerpos cavernosos-, se habla de tres diferentes tipos de erección.
-La erección psicógena
-La erección refleja
-La erección nocturna, espontánea o matinal
Cada una de ellas tiene un diferente origen y una importancia capital, no solo para detectar distintos tipos de patologías, sino también a la hora de indicar un tratamiento.
Las erecciones psicógenas.
Nacen de nuestros centros nerviosos superiores -llamémosle, cerebro- y sus estructuras. Se originan a partir de la evocación de recuerdos eróticos, fantasías sexuales o por estímulos que recibimos a través de la vista, el oído o el olfato en relación con una persona sexualmente deseable.
Los impulsos nacidos en el cerebro bajan a través de la médula espinal y desde allí, al pene. Estas erecciones son de aparición rápida siempre que el sistema vascular peniano sea normal y que las vías neurológicas sean capaces de transmitir la información.
Las erecciones reflejas.
Nacen por los estímulos táctiles sobre los genitales que viajan hasta los centros de la erección en la médula espinal. Su origen especifico seria el glande del pene, siendo éste la zona erógena primaria del varón. Se hacen concientes porque también llegan a nuestro cerebro.
Todas nuestras respuestas reflejas son involuntarias. Esto lo vemos por ejemplo cuando nos golpeamos en la rodilla con el martillo de reflejos, lo que genera la brusca extensión de la pierna. Es un arco reflejo, por tanto, involuntario. Lo mismo sucede con este tipo de erecciones.
Las erecciones nocturnas, espontáneas o matinales.
Son episodios normales de erecciones que se producen en la noche sin necesidad de un estímulo erótico. Ocurren 2 a 5 o 6 por noche, demoran en completarse más que una erección psicógena, son más fuertes que las erecciones logradas en una relación sexual y el periodo entre una y otra es menor que en las erecciones coitales.
¿Qué sucede con estas distintas erecciones en enfermedades como la diabetes?
La erección psicógena se ve afectada, ya que si bien todo el impulso erótico desde el cerebro está presente y es normal, el pene tiene un déficit en su circulación arterial que no permite la rápida entrada de la sangre necesaria para este tipo de respuestas. Estas erecciones se van haciendo cada vez más difíciles de lograr a medida avanzan los meses hasta su pérdida total, si no se tratan. La ciencia médica ha logrado que en un enorme porcentaje de pacientes, a pesar de carecer totalmente de erecciones, hoy se puedan volver a obtener.
Las erecciones reflejas también se ven afectadas, en primer lugar porque su vía de información, los filetes nerviosos, se afectan en la llamada neuropatía diabética y en segundo lugar, porque el daño vascular que vimos antes, también las afecta.
En cuanto a las erecciones espontáneas, curiosamente, son las que más tardan en afectarse, tanto es así, que un varón puede haber perdido totalmente sus erecciones coitales desde hace meses o pocos años y mantener buenas erecciones espontáneas, que lo sorprenden en la mañana. Ello se debe a que, como vimos antes, estas erecciones son de lento desarrollo en la noche y no requieren un flujo sanguíneo perfecto entonces. Por otra parte, no están influenciadas por nuestros miedos y ansiedades, simplemente, porque estamos dormidos. En sí, su presencia nos habla de que el sistema de cierre venoso llamado corporo-oclusivo, está funcionando en forma normal, pero no nos demuestra que el flujo arterial este bien.
Antiguamente se consideraba que si un varón tenía buenas erecciones espontáneas, todo su problema era psicológico. Hoy se sabe que no es así. Ya no se puede distinguir lo psicológico de lo orgánico por la presencia o no de erecciones espontáneas buenas.
Es de fundamental importancia médica y pronóstica, conocer las características de cada una de estas formas de respuesta eréctil, ya que de ello depende mucho el futuro tratamiento medico-sexológico.
Como siempre, a través del e-mail, se pueden contactar para aclarar dudas, lo cual para mí es un gusto.