Una pregunta que se nos hace con muchísima frecuencia es en referencia al uso de inyecciones intracavernosas, ( IIC ) esto es, las inyecciones en el pene.
Cuando en el año 1997 aparece en el mercado el Sildenafil, (Viagra), un gran número de pacientes en tratamiento con IIC, que existen desde 1980, pasaron a ser tratados con sildenafil. Pero también es cierto que un porcentaje de ellos, no logró el resultado esperado y volvieron a las inyecciones.
Hoy día el tratamiento de toda disfunción eréctil se inicia con la vía oral en sus diferentes presentaciones, siempre y cuando no existan contraindicaciones para su uso.
Si el tratamiento con esta droga es efectivo, se continuará con ella durante el tiempo en que sea eficaz, que por otra parte es un tiempo muy variable.
Cuando la vía oral no es efectiva, por más alta que sea la dosis indicada, el segundo escalón terapéutico son las IIC.
La eficacia de las inyecciones, según los diferentes autores, varía entre el 80 y el 90 a 95 por ciento, quiere decir que permiten el coito en ese porcentaje de varones.
Una de las grandes ventajas de las inyecciones es que actúan donde el sildenafil no lo hace, generando una erección más potente que la que produce la droga vía oral.
Cuando las IIC fallan, el sildenafil ya falló o lo hará cuando se pruebe, eso nos lo ha enseñado la práctica clínica.
La mayoría de los pacientes que usan las IIC, lo deberán usar cada vez que intenten una relación sexual. Esto es prácticamente una regla cuando los factores de riesgo vascular están presentes, como es el caso de la diabetes.
En otros casos, un tratamiento transitorio de 2 o 3 meses, logra excelentes evoluciones, a veces curaciones que muchas veces nos sorprenden y donde el paciente no requiere de IIC posteriores.
Normalmente, una vez decidido el tratamiento con el paciente, se lleva a cabo un período de aprendizaje y de dosificación, para llegar a la dosis efectiva-mínima que genere una erección con capacidad de penetrar y que se mantenga por 30, 40 o 50 minutos en lo posible, no más.
Para estudiar al paciente lo único que se requiere, descartadas patologías especificas, es realizar lo que se denomina, test o prueba de erección. Se inyecta al paciente, intracavernoso una dosis de acuerdo a los datos aportados en el interrogatorio y por el examen físico, y se espera 10, 20 o 30 minutos examinando la respuesta en cada período de tiempo.
La IIC es totalmente indolora cuando la técnica empleada es correcta y el paciente ha sido bien instruido. En primera instancia, siempre la da el medico.
La zona del pene que se debe puncionar, tiene menos sensibilidad que la piel de un dedo lo que hace indolora su aplicación.
Es extremadamente importante que el paciente siga las instrucciones y esté atento a las precauciones que se deben tener para el correcto uso de este tipo de tratamiento. Las condiciones de asepsia, y el control del tiempo de erección post aplicación son puntos muy importantes que se deben conocer.
Las IIC, están formalmente indicadas en:
– Pacientes donde no actúa la vía oral.
– Trastornos arteriales de diferente tipo.
– Trastornos de origen neurológico.
– Trastornos de origen psicológico pero donde ni la terapia sexual, ni la vía oral, han dado resultado.
– Disfunciones eréctiles inducidas por drogas o aquellas de origen mixtos.
Las contraindicaciones son, por suerte, poco frecuentes:
– Graves trastornos de la coagulación.
– Enfermedades psiquiatricas graves.
– Historia de erecciones prolongadas por el uso de IIC (priapismos). Siempre en casos de mala dosificación por parte del médico.
– Importante fibrosis peniana.
– Enfermedad cardiovascular que contraindique el esfuerzo de una relación sexual.
El paciente deberá hacer uso de estas inyecciones según se le indique, y el médico confiar en que ese uso es el correcto. El abuso es tan perjudicial como con cualquier otro fármaco. Nosotros seguimos a los autores europeos y norteamericanos y decimos, máximo 3 IIC por semana o 125 por año.
Nosotros tenemos la posibilidad de usar fármacos potentes que no hemos visto en las clínicas que se dedican a este tipo de tratamientos.