La enfermedad periodontal: su importancia para el paciente diabético.

La enfermedad periodontal es una infección que afecta los tejidos de soporte de los dientes y las encías. Antiguamente se le conoció como “piorrea” pero hoy en día -dependiendo de la extensión de la enfermedad- se denomina “gingivitis” (inflamación de las encías) o “periodontitis” (pérdida de los tejidos de soporte de los dientes).

Estas enfermedades son producidas por bacterias que habitan normalmente la boca de la persona y que cumplen una función benéfica de protección, pero cuando infectan -por acúmulo en el área de unión entre la encía y el diente- se vuelven contra el paciente y se inicia el proceso de la enfermedad. No obstante, en algunas ocasiones existe infección de bacterias extrañas y externas a las que conviven normalmente con el paciente produciéndose un tipo de enfermedad más agresiva.

Los pacientes diabéticos son más propensos a contraer esta enfermedad debido a su disminuida respuesta defensiva frente al ataque de estas bacterias; por otro lado los pacientes diabéticos compensados responden de igual manera que un paciente sano al ataque bacteriano.

Existen factores que favorecen la aparición de las enfermedades periodontales como son todas aquellas que faciliten la agregación de bacterias –placa bacteriana-; dichos factores son, inadecuada higiene oral, aparatos protésicos y obturaciones deficientes, malposición de los dientes y aparatología ortodóntica. También se conoce de condiciones de los pacientes que pueden predisponer la aparición de la enfermedad, hasta 7 veces más que en condiciones normales, como son el hábito de fumar y la Diabetes.

En general los síntomas inicialmente pueden ser sangrado de las encías al cepillado o uso de la seda dental, y es frecuente que la persona piense que se está maltratando con los elementos de higiene y no que sea la primera manifestación de una enfermedad, ya que no siente dolor, fiebre o cualquier otro síntoma que haga pensar en algo serio.

En la medida en que la enfermedad progresa sin tratamiento, el sangrado puede presentarse en otras circunstancias como morder alimentos firmes (manzanas, peras, etc.), al succionar fuertemente o incluso en forma espontánea.

También se iniciará la manifestación de otros signos y síntomas como sensación de empaquetamiento de alimentos entre los dientes, aflojamiento de los dientes, mal sabor en la boca, mal aliento, aparición o aumento de espacios entre los dientes, abscesos, pérdida de dientes, etc.

El tratamiento del problema varía de acuerdo al estado de la enfermedad. En las formas más leves e iniciales, el tratamiento  puede ser la instrucción en el uso adecuado de elementos de higiene oral –cepillo y seda dental- como mínimo.

Formas más avanzadas de la enfermedad pueden requerir procedimientos como limpieza profesional (profilaxis), detartraje (eliminación de cálculos), raspado alisado radicular (raspado profundo y pulimento de las raíces de los dientes) o inclusive cirugías que dependiendo de la situación varían de modalidad.

Un aspecto bien importante a tener en cuenta en el manejo de los problemas periodontales, es la necesidad imperiosa de realizar controles periódicos una vez haya finalizado la parte activa del tratamiento, independientemente del tipo de terapia utilizada. Estos controles pueden tener frecuencias distintas dependiendo del avance de la enfermedad, de las condiciones del paciente, de la presencia en boca del paciente de aparatos protésicos fijos o removibles o tratamientos de ortodoncia, etc. La necesidad de los controles surge de la presencia en boca de las bacterias causantes de la enfermedad y por lo tanto de una posible recaída, y de la susceptibilidad del paciente a sufrir la enfermedad, condición que no cambia con ninguna de las modalidades de tratamiento existentes.

Otro punto importante a tener en cuenta es lo que hoy se denomina Medicina Periodontal. Básicamente se describen las enfermedades sistémicas y eventos fisiológicos que se relacionan a la enfermedad periodontal. Es así que tiene relación con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, por supuesto diabetes mellitus, parto prematuro y niños con bajo peso al nacer.

Todas estas enfermedades y hechos fisiológicos alterados pueden darse más en los pacientes diabéticos, por lo cual un paciente diabético con enfermedad periodontal aumenta mucho el riesgo de padecer estas patologías.

Recordamos a los lectores que una boca que tiene enfermedad periodontal corresponde en tamaño a una úlcera con pus de una palma de una mano, que el paciente ingiere diariamente y recorre todo el torrente sanguíneo, por lo cual su prevención y tratamiento lo consideramos sumamente importante.

Madres embarazadas es muy importante que concurran a su odontólogo a una revisación de su boca incluida sus encías, disminuyendo así el riesgo de parto prematuro o niño de bajo peso al nacer.

Consejos para pacientes diabéticos.

-Si le sangran sus encías, siente mal aliento de su boca, tiene sensación de movilidad de sus piezas dentarias, consulte a su odontólogo.

-Los enjuagues o pastas dentales no curan la enfermedad periodontal; consulte a su odontólogo

-Es un foco de infección que afecta a su cuadro de diabetes y al buen control de la glicemia.

-Recordamos que la Facultad de Odontologia de la Universidad de la República tiene la Cátedra de Periodoncia donde se tratan estas enfermedades.