La consulta sexológica masculina puede deberse a diferentes causas. En nuestra actividad privada, lo más frecuente es la disfunción eréctil, con un 73 %. En segundo lugar la eyaculación rápida en un 15 % y las demás disfunciones se ven menos frecuentemente.

Como vemos, por lejos, la disfunción eréctil es el principal motivo de consulta. Muchos consideran que es una disfunción del varón adulto, sin embargo, el siguiente cuadro que obtuvimos de nuestra actividad, nos muestra que es una consulta probable a cualquier edad aunque por muy diferentes causas.

Sabido es que los problemas de erección aumentan con la edad, algo que no se ve reflejado fielmente en este cuadro. Ello se debe a que después de los 75 años, no se consulta tanto como se debiera, a pesar de que los problemas son mayores.

Después de los cuarenta años de edad, es más factible la aparición de los factores de riesgo vascular, de los cuales ya hemos hecho mención en otro artículo de esta publicación.

Uno de los grandes temas en relación al origen de la disfunción eréctil, es la diabetes. Cuando en la población general el porcentaje de diabéticos es de cerca del 8 %, en nuestra consulta llega al 15 %, siendo éstos pacientes que conocen su condición de diabéticos. Existe un porcentaje de pacientes en los cuales se descubre esta enfermedad, ya que siempre debemos sospechar y descartarla frente a la consulta por disfunción eréctil.

Cuando existen factores de riesgo vascular como la diabetes, la disfunción eréctil se agrava en la medida de que ese factor de riesgo  no sea evaluado, controlado y tratado en forma adecuada

Una vez que el paciente llega a nuestra consulta, -paso éste por cierto extremadamente difícil para quien padece de un trastorno sexual-, se inicia con un correcto interrogatorio del tiempo de evolución de la disfunción y las características de la misma: ¿se logra penetrar o no? ¿persiste esa erección o decae? Se investiga acerca de la existencia o no de erecciones espontáneas –sobre todo matinales-, las cuales hoy se sabe que su existencia no implica

indemnidad del sistema arterial, sino más bien del sistema de retorno venoso. Nos interesa conocer por supuesto las características del vínculo de pareja tanto en lo sexual como en general.

También es necesario saber cuáles son las expectativas del paciente. ¿Pretende la curación completa del problema? Al respecto debemos decir que la curación es prácticamente un imposible, ya que por lo general el paciente deberá ser dependiente de alguna forma de tratamiento de por vida, incluso cuando se le ofrece una prótesis peniana.

Debemos también conocer los factores emocionales concomitantes que aparecen en el curso de cualquier disfunción sexual: ansiedad frente al desempeño, temor al fracaso, así como el llamado rol de espectador que es cuando el paciente está pendiente de su performance alejándose de lo que es el placer de una relación sexual con la persona amada.

Es extremadamente importante conocer cuál es la reacción de la pareja frente a la disfunción de su compañero. ¿Lo acepta como parte de una patología de base? ¿Le recrimina a su pareja el por qué no reacciona? ¿Lo cela pensando que el problema es ella y no él? ¿Lo acusa de estar engañándola y por ello falta a sus deberes con ella?

Todo ello es necesario conocer para en definitiva saber en dónde estamos ubicados desde el punto de vista médico-sexológico.

También debemos conocer profundamente los antecedentes patológicos del paciente en todos los aspectos, tanto vasculares como neurológicos, urológicos, etc.

Los antecedentes familiares son siempre de valor debido a la importancia de los factores hereditarios.

La valoración física -haciendo especial hincapié en el sistema cardiovascular, neurológico y por supuesto genital-, completan una evaluación clínica adecuada.

En lo genital, específicamente, nos interesa la captación de los pulsos peneanos lo cual exige una gran sensibilidad por parte del examinador.

En resumen, todo aquel que padece de una disfunción eréctil y pretende mantener una vida sexual activa y satisfactoria tanto para él como para su pareja, deberá tratarse tanto en lo metabólico como en lo estrictamente sexológico.
Para ello estamos.