Nos informan que tenemos Diabetes ¿y ahora? ¿Qué emociones surgen cuando recibimos un diagnóstico que nos cambiará nuestro estilo de vida? ¿Cómo manejar esas emociones?
El recibir la noticia que uno padece una enfermedad conlleva despertar y aprender a convivir con nuevas emociones de forma diaria, más aún si ésta enfermedad nos va a acompañar toda la vida.
Existe una conexión entre cuerpo – mente, donde la persona además de contar con órganos vitales para su funcionamiento, posee una estructura de personalidad, sentimientos, emociones, actitudes y conductas que se ponen en juego. A su vez, la persona está inserta en un contexto familiar y social que se verá afectado y modificado, en mayor o menor medida, cuando un integrante transita una enfermedad.
El ser diagnosticado con una enfermedad crónica, impacta en el paciente generando distintas emociones. Surge la preocupación y la incertidumbre de cómo será su calidad vida, qué cambios traerá aparejados el futuro tratamiento, así como miedo por aquellas cosas que deberá resignar.
Frente a cualquier diagnóstico de enfermedad, como puede ser el de Diabetes, puede que la persona presente: estrés, negación, necesidad de victimizarse, manipular, sentimientos de culpa, desmotivarse, pasividad, sensación de pérdida de control de su vida, actitud dependiente, asilarse o deprimirse. Una vez iniciado el tratamiento, puede sentir rechazo por los cambios en la alimentación así como por el uso de medicación.
La Diabetes puede generar en la persona una sensación de desgaste o cansancio a nivel emocional, debido a que es una enfermedad que acompaña a la persona en todo momento y en cada actividad de la misma, requiere de cuidados diarios, de una conducta permanente y meticulosa. Este desgate puede verse provocado por buscar cumplir a la perfección con lo que se le ha indicado o por buscar complacer a familiares y médicos con el objetivo fijado.
Puede presentarse en personas con Diabetes, la aparición de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, debido al impacto social y emocional que implica la enfermedad. Por otra parte el estrés afecta de forma directa, siendo uno de los factores que descontrolan sus valores. Las personas que presentan escaso control emocional, pueden presentar mayor riesgo de tener complicaciones y mayor dificultad para el correcto manejo de la enfermedad.
Por su parte la familia del paciente, también puede ver afectada su dinámica habitual, presentar sentimientos de impotencia, estresarse y sentir emociones intensas. Es importante que el paciente pueda tener el apoyo, comprensión y compañía de su familia.
El contar con vínculos que habiliten el diálogo y/o de un espacio terapéutico que permita expresar las emociones, será fundamental para transitar la enfermedad, así como para obtener buenos y saludables resultados. Vincularse con personas que también se encuentran con Diabetes, permitirá un mejor entendimiento de la misma, disminuyendo el sentimiento de soledad frente al padecimiento.
Otro aspecto importante, es que el paciente pueda mejorar la percepción que tiene de sí mismo, fortalecerse en su crecimiento emocional y trabajar la aceptación de la enfermedad. Cómo nos percibimos, cómo nos cuidamos, cómo manejamos el estrés, si tenemos conductas perjudiciales hacia nosotros mismos, serán variables que tendrán incidencia directa sobre nuestra salud y en cómo transitemos la enfermedad.
El poder visualizar y entender los posibles riesgos y complicaciones, que a nivel físico puede aparejar la enfermedad, le facilitará al paciente tener un mayor acatamiento al tratamiento prestablecido, poder desarrollar una actitud proactiva y tener un adecuado posicionamiento frente a la enfermedad.
Es importante que el médico pueda acercarse y tratar al paciente desde su individualidad y especificidad, abordando la enfermedad desde la persona. Considerar los aspectos particulares de cada paciente, sus formas de reaccionar frente al dolor o malestar, sus reacciones emocionales frente: al diagnóstico, a una hospitalización, a los distintos tratamientos, así como los miedos e incertidumbres que puede despertar la enfermedad. Es fundamental que el médico desarrolle empatía y comunicación hacia el paciente, apoyado de un vínculo necesario, sincero y humano.
El éxito de un tratamiento, reside en el trabajo conjunto de los tratamientos médicos, el vínculo entre médico – paciente y la consideración de los aspectos emocionales que subyacen a la enfermedad.
Escrito para Diabetes al Día por la Licenciada en Psicología Lorena Caimi.