No nos vamos a cansar de tratar estos temas, ya que es difícil en nuestro país encontrar personas que estén libres de algunos de ellos.
Gran parte de nuestra sexualidad depende de un correcto sistema vascular que permita la llegada del oxigeno a sus estructuras.
La respuesta sexual normal en sus diferentes fases: deseo, excitación y orgasmo, depende de diferentes mecanismos neuro-endocrino-vasculares para su correcta fisiología.
La fase de excitación, tanto en el varón como en la mujer, es extremadamente dependiente de un correcto flujo sanguíneo. El proceso de la erección peniana, requiere de un eficiente circuito vascular que genere, de forma rápida, un flujo veloz y con determinada presión arterial. Cuando esto no es así, la erección que se logra es inadecuada para lograr la penetración, incluso es inadecuada en la masturbación o en las llamadas erecciones espontáneas. De ahí surge la definición de la disfunción eréctil, o sea la incapacidad de lograr o mantener una erección suficientemente satisfactoria para ambos miembros de la pareja.
Es necesario que todos aprendamos a conocer cuáles son los factores que pueden poner en riesgo a nuestro sistema vascular, pero no solo por un motivo exclusivamente placentero, sino también para mantener una buena calidad de vida en general.
Factores de riesgo vascular.
Edad.
A mayor edad mayor es la posibilidad de sufrimiento vascular. El simple proceso de envejecimiento va generando una disminución de la capacidad elástica de los tejidos en donde también se ve involucrado el sistema vascular.
Sexo.
El varón tiene mayores posibilidades de presentar riesgo vascular en relación a la mujer a una misma edad.
Diabetes.
Enfermedad por la cual se produce un aumento de glucosa en sangre por un déficit relativo o absoluto de insulina, hormona elaborada por el páncreas. Entre el 40 y el 90 % de los varones con diabetes, desarrollan una disfunción eréctil en su evolución y muchas veces, la disfunción eréctil es el primer síntoma de la diabetes y nos debe obligar a sospechar su presencia.
Obesidad.
Se considera que el 60 % de los uruguayos tienen obesidad o sobrepeso. Se determina por el índice de masa corporal el cual se calcula dividiendo el peso en kilogramos sobre el cuadrado de la altura en metros. El índice de masa corporal normal debe estar entre 18,5 y 24,9.
También, es necesario considerar el perímetro abdominal para evaluar el tenor de grasa corporal.
Sedentarismo.
La falta de actividad física es un factor de riesgo vascular. De por sí, conduce a otros factores de riesgo como la presión arterial alta, la obesidad, el stress, dislipemias, etc. Es fundamental iniciar actividad física como es el salir a caminar gradualmente para lo cual es importante conocer el estado cardiaco.
Estrés.
Nos referimos al stress crónico, mantenido, que genera la liberación de factores químicos que potencian otros factores de riesgo.
Hipertensión arterial.
El 35 % de los uruguayos, tienen presión arterial alta. Esta presión elevada, lesiona, si no es tratada, las arterias y a la larga conduce a fallas de la circulación sanguínea provocando enfermedades tales como el infarto del corazón, las hemiplejías y por supuesto, los problemas de la erección.
Dislipemias.
Es la elevación de los valores en sangre del colesterol, triglicéridos, etc. Llevan al deterioro arterial cuando no son tratadas.
Tabaquismo.
El tabaco es un agresor directo de nuestras arterias. Produce una vasoconstricción que disminuye el aporte sanguíneo a los tejidos de manera inmediata con cada bocanada que se inhala.
Herencia de enfermedades cardiovasculares.
Los antecedentes de este tipo son otro factor de riesgo que siempre tenemos que considerar, aunque no los podamos modificar, obviamente.
Síndrome metabólico.
Es una entidad clínica que combina hiperinsulinismo, medida abdominal de más de 102 cm. a la altura del ombligo en varones y 88 cm. en mujeres, triglicéridos mayores a 150 mg. cada 100 c.c. de sangre, el llamado colesterol bueno (HDL) menor de 40 mg. por decilitro en varones y menor de 50 mg. en mujeres, glucemia mayor de 110 mg. por litro y presión arterial mayor de 130 de máxima y 85 de mínima.
No todos estos elementos tienen que estar presentes, alcanza con tres para hacer el diagnóstico.
Conocer y tratar los diferentes factores vistos, es fundamental para una vida sexual satisfactoria en ambos miembros de la pareja.