Diferentes estudios han demostrado la relación entre la disfunción eréctil, Síndrome metabólico y Enfermedad Cardiovascular.
En Granada, España, en el hospital Universitario San Cecilio se evaluó la existencia de Arteriopatía Carotídea en pacientes con o sin disfunción eréctil mediante ecografías de los vasos del cuello. Fueron estudiados 64 pacientes con edades de entre 40 y 65 años.

En todos los pacientes se analizaron los siguientes parámetros: Edad, glucemia, HDL-Colesterol, Triglicéridos, Presión Arterial y Perímetro Abdominal. También se les realizó una ecografía Carotídea bilateral para controlar el grosor del vaso y la existencia o no de placas de ateroma.

En el estudio, 44 pacientes presentaron disfunción eréctil.
Se comprobó que el Síndrome metabólico era bastante más frecuente en pacientes con falla eréctil.
La Disfunción Endotelial presente en el Síndrome metabólico, es una enfermedad de todas las arterias, no sólo peneana.
El riesgo cardiovascular es siempre mayor en estos cuadros, por lo cual es fundamental hacer hincapié en la prevención.
También se ha demostrado en otros estudios, elementos de inflamación de los vasos (aumento de la proteína C reactiva) y aumento de la resistencia a la insulina.
Este estudio no es más que otro ejemplo de que la disfunción eréctil es un síntoma más de un cuadro generalizado.

REHABILITACIÓN PENEANA.

Si bien la cirugía radical de próstata es el más eficaz tratamiento del cáncer localizado, puede tener como consecuencia, incontinencia urinaria y disfunción eréctil. Esta última puede ser más o menos frecuente e importante según existan enfermedades vasculares previas, o mala calidad de erecciones antes de la cirugía.
El tratamiento de esta manifestación secundaria a la intervención, se le llama Rehabilitación Peneana.
Esta Rehabilitación del pene, se ve ampliamente favorecida por la asociación del medicamento oral (Sildenafil o Tadalafil) o por la medicación intracavernosa. La medicación intracavernosa puede ser de uso a demanda, o sea para la relación sexual o, como en algunos países europeos, de uso diario o de 3 o 4 veces a la semana para mejorar el endotelio vascular.
El gran desafío es no dejar pasar el tiempo.

DISFUNCION ERÉCTIL POR FUGA VENOSA DORSAL.

Adaptado de Urol Colomb. 2017;26(1):34—40

Nuevas investigaciones asocian la disfunción eréctil primaria y la del paciente menor de 40 años, con la fuga venosa peneana.
Esta puede ser de origen congénito (fallas en el desarrollo embrionario), por ello se han denominado como disfunción eréctil primaria que es la que aparece al inicio de la vida sexual eliminadas las causas psicológicas y por otro lado, la disfunción eréctil secundaria no estándar, de los menores de 40 años eliminando otras causas.
El eco doppler de los vasos del pene, es la herramienta que nos conduce al diagnóstico.
No nos debe llamar la atención que estos cuadros sean tardíos.
Nuestros médicos no están capacitados para estos abordajes o lo intentan solucionar todo con una pastillita que cuando falla, lo que en estos casos es muy probable, genera más daño que beneficio.
Si bien los consensos internacionales han fijado la edad de 40 años en los que el 51 % de los varones comienzan con algún grado de disfunción eréctil, cuando existe una fuga congénita, ese comienzo es bastante más temprano.
También no está de más aclarar que existen diferentes tipos de fugas venosas.

A) Fugas venosas peri uretrales
B) Fugas venosas dorsales superficiales
C) Fugas venosas dorsales profundas

Las fugas venosas peri uretrales y dorsales superficiales no nos deben preocupar. No influyen en la erección.
La fuga venosa dorsal profunda es sí, causante de disfunción eréctil.
Como vimos si es congénita genera el problema en los menores de 40 años de edad.
Clínicamente, se pueden ver en estos pacientes, cuadros que presenten:

A) Disfunción eréctil primaria (o sea desde el inicio sexual)
B) Disfunción eréctil secundaria no estándar, en ambos casos con más de 6 meses de evolución.
C) Aparición de erecciones rígidas de corta duración o que caen fácilmente por cambios de posturas durante el coito, intento de colocación del preservativo, o pérdidas parciales de la concentración en el acto placentero de la relación sexual.

No siempre se logran soluciones definitivas a este tipo de problemas.
Los tratamientos médicos y/o quirúrgicos no son garantía.
De todas formas, llegar al correcto diagnóstico y seguir los consejos médicos es fundamental para una adecuada respuesta sexual.