La respuesta sexual humana se cumple en tres fases que son: la fase de deseo, de excitación y de orgasmo. Cada una de ellas tiene un funcionamiento particular y que la diferencia de la otra.

Específicamente la fase de excitación se produce a través de un complejo mecanismo esencialmente vascular, tanto en el varón como en la mujer.

En esta columna, nos vamos a estar refiriendo a la sexualidad masculina ya que es nuestra formación, pero ello no quita que orientemos al sexo femenino en todos los aspectos de su sexualidad que le generen algún tipo de inquietud.

La fase de excitación en el varón se traduce en algo muy evidente, la erección, lo que permite la rigidez para la posterior penetración. Esa erección se produce, en resumen, debido al ingreso a los tejidos peneanos, de la sangre a cierta velocidad y presión. Cuando estos parámetros están alterados, la erección resultante no será la adecuada como para lograr su cometido.

De ahí surge la definición de la disfunción eréctil que es la incapacidad para lograr o mantener una erección satisfactoria para ambos miembros de la pareja.

En la diabetes es altamente frecuente el compromiso de la erección, el que -según diferentes- autores puede llegar al 90 % de la población masculina diabética.

Por otra parte, el fallo eréctil, puede ser el primer indicio que oriente al medico a buscar una diabetes desconocida hasta ese momento. Y por otro lado, alertarnos, ya que lo que sucede vascularmente en el pene, puede estar pasando también en otros órganos.

Como ya dijimos, la erección se produce cuando la sangre llega al pene. En el diabético, el compromiso tanto vascular como neurológico a nivel peniano, es lo que lleva a la disfunción eréctil. La misma aparece de modo lento y gradual, pero progresivo, agravándose con el paso del tiempo.

Lo que empieza como una disminución de la plenitud eréctil, progresa a una dificultad para mantener la erección y termina en la incapacidad de lograr la penetración.

La gravedad en la progresión del cuadro, depende de factores tales como, la edad del paciente, el reconocimiento y la aceptación de su enfermedad, su control y tratamiento, la existencia de otros factores de riesgo vascular, así como la rapidez en realizar la consulta médica especializada  y la disposición en realizar el tratamiento que se le indique.

La edad importa porque a mayor edad, mayor tiempo de evolución de la diabetes y del daño que ella genera, cuando el paciente no se ha  tratado o no ha realizado los controles recomendados.

Reconocer y aceptar que se es diabético, como en cualquier otra enfermedad crónica, por lo general se acompaña de un mayor control de la enfermedad con una minimización de los riesgos de descompensación. Hacer conciencia del control requerido y cumplir cabalmente con el tratamiento indicado, permite disminuir los riesgos de  complicaciones, esencialmente vasculares, amen de las metabólicas.

La existencia de otros factores de riesgo vascular determina de por sí, un incremento en la posibilidad de falla eréctil. La hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, las dislipemias o alteraciones de las grasas sanguíneas, el estrés, el sedentarismo, el antecedente de enfermedad coronaria, los antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular,  el síndrome metabólico, entre otros factores, con relativa alta frecuencia, están presentes acompañando a la diabetes.

¿Por qué importa la consulta médica precoz?
Porque dejar evolucionar este cuadro de disfunción eréctil, como con cualquier otra patología, no hace más que agravarla ya que al elemento orgánico determinado por la neuro y vasculopatía, se agrega el elemento psicológico del temor, la ansiedad y los problemas de pareja que se pueden suscitar.

El número de pacientes portadores de diabetes que nos consultan por disfunción eréctil es cada vez mayor y triplica en porcentaje al número de diabéticos en la población general. Eso a determinado que nuestra experiencia en el manejo diagnóstico y terapéutico también se ha multiplicado en los últimos años, en el caso de la diabetes y otros factores de riesgo vascular.

Para ello estamos, y pueden contar con nuestra experiencia de 25 años de ejercicio de la medicina y de nuestra continua labor sanatorial que nos permite el contacto con todas las patologías médicas y con los colegas que también nos aportan su importantísima experiencia.