-¿Por qué el paciente diabético debe cuidar sus ojos?
-Porque el ojo como órgano, es un ojo afectado por la diabetes. Los trastornos de la micro-circulación que produce la diabetes afectan el ojo, especialmente la retina, como afecta otros órganos. De manera que es de vital importancia que el diabético sepa que su ojos son uno de los órganos que van a estar afectado por la diabetes.
-¿Independientemente de un buen control?
-Sí, aunque el paciente tenga un buen control de su diabetes, tiene que examinarse y cuidarse los ojos, porque puede haber un buen control de la diabetes y a pesar de ello haber un daño retinal.
-¿Qué es la retinopatía diabética?
-La retinopatía diabética es el nombre que nosotros usamos para decir que la retina está afectada por la diabetes. Retinopatía quiere decir enfermedad de la retina. Retinopatía diabética es enfermedad retinal producida por la diabetes. Básicamente consiste en trastornos a nivel de la circulación de la retina, que es lo primero que se afecta cuando hay glicemia elevada. Los capilares retinales se dañan y al dañarse se produce salida de sangre, de glóbulos rojos –hemorragia- y de líquido –edemas-, que es lo que constituye la retinopatía diabética. O sea, es la enfermedad retinal diabética producida por la microcirculación afectada por la hiperglucemia.
-¿Qué síntomas tiene el paciente?
-La retinopatía diabética puede no dar ningún síntoma en las primeras etapas. Hay diferentes grados de enfermedad retinal producida por la diabetes: moderados, leves más severos y aún más severos todavía. Las forma leves y moderadas generalmente no dan síntomas porque la visión sigue siendo buena todavía. Cuando ya aparecen síntomas es en etapas más severas y más difícil de solucionarlo. Es entonces donde aparece la prevención, donde justamente todo diabético debería examinarse el fondo de ojo aún sin tener ningún tipo de síntomas. Porque es el momento en que se puede hacer una prevención.
-Que todo paciente diabético indefectiblemente va a quedar ciego, es un mito…
-Sí, es un mito popular que dice que los pacientes diabéticos van a quedar ciegos. Indudablemente la retinopatía diabética, ligada a su evolución espontánea, sin ningún tipo de tratamiento, sin ningún examen, puede llevar a la ceguera. De hecho la retinopatía diabética es una causa de ceguera. Pero hoy día con el tipo de tratamiento que se cuenta, si el paciente es atendido precozmente como debe ser, cuando no tiene síntomas es posible no llegar a la ceguera. Es deci,r se ha logrado disminuir de forma increíble los casos de ceguera por diabetes, gracias a la prevención y a los tratamientos con que se cuenta. De ahí la importancia de la consulta temprana.
-¿Con que frecuencia debe concurrir al oftalmólogo la persona con diabetes?
-Hay una diferencia en cuanto a la frecuencia de chequeos en los diabéticos tipo 1 y tipo 2. Los pacientes diabéticos tipo 1 son aquellos insulino dependientes que empiezan su enfermedad de niños y adolescentes, tienen formas de retinopatía diabética más severas que los diabéticos tipo 2, de manera que pasada la pubertad o en la adolescencia el niño diabético tiene que empezar a controlarse por lo menos una vez al año.
-¿Con cuantos años de evolución de la enfermedad tiene que ir al oftalmólogo?
-Debajo de la adolescencia, de la pubertad, no hay retinopatía. No existe la retinopatía diabética, comienza a aparecer después de la pubertad. Y más en general hacia los 20-21 años, de manera que lo aconsejable es examinar el fondo de ojo en los diabéticos tipo 1 a partir de la pubertad, o sea del desarrollo del varón como la niña. A partir de los 14-15 años realizar un examen anual.
El diabético tipo 2 es el diabético adulto, que su diabetes es en general no insulino dependiente. Ese diabético también desarrolla retinopatía diabética igual que el insulino dependiente y también desarrolla formas severas de retinopatía diabética, pero no tanto como el insulino dependiente joven. Una vez que se diagnostica la diabetes es razonable que ese paciente sea controlado oftalmológicamente cada 6 meses o cada un año, y el control depende de cómo el oftalmólogo lo encuentra en el primer examen que hace. Si el oftalmólogo encuentra en el primer examen de ese paciente tipo 2 un fondo de ojo totalmente normal y nada de retinopatía ese paciente puede controlarse una vez al año.
Por eso es que los plazos dependen un poco de cómo está la retinopatía. Y esto se aplica también para el diabético tipo 1.
Si uno estudia a un paciente por primera vez y encuentra que el paciente ya tiene una forma leve de retinopatía, el control debe volver a hacerse cada 6 meses en lugar de una vez por año, y si tiene una forma severa de retinopatía tal vez habría que controlarlo con más frecuencia, cada 3 meses, porque cuanto más severa es la forma y más avanzada, con más rapidez puede avanzar la retinopatía. Lo mismo pasa con las pacientes diabéticas embarazadas. Ellas especialmente tienen que examinarse durante el embarazo con más frecuencia todavía, tal vez cada mes o cada dos meses de su embarazo.
-¿La diabética tipo 1 embarazada?
-La diabética tipo 1 embarazada tiene que saber que el embarazo puede agravar drásticamente su retinopatía, de modo que debe examinarse con más frecuencia durante el embarazo que fuera del embarazo.
Las pacientes que desarrollan diabetes gestacional son distintas porque ahí no hay retinopatía previa, pero puede aparecer una retinopatía.
-¿Cuál es el tratamiento?
-La prevención consta de un examen ocular hecho por un oftalmólogo; no es necesario que sea un retinólogo el que haga el primer examen. Puede ser un oftalmólogo general que le va a tomar la visión, le va a dilatar la pupila y va a mirar el fondo de ojo. Incluso le puede pedir un estudio: una angiografía, que es un estudio que nos va a dar más información de cómo está la circulación a nivel retinal, es decir, cómo están dañados o no esos capilares que son el origen de la retinopatía diabética como dijimos al principio: el daño capilar. Si ese medico oftalmólogo considera que ese paciente necesita un tratamiento o una consulta con un retinólogo, lo puede pasar a un retinólogo que le haga el tratamiento necesario para esa etapa de la retinopatía. Incluso hay etapas leves tempranas que no necesitan ningún tratamiento y sólo control.
-¿Sólo control?
-Control de la glucemia. Cuanto mejor controlada esté la glucemia por supuesto que es favorable para la retinopatía. También me refiero al control oftalmológico. Un paciente que tiene una forma leve de retinopatía, primero debe saber que tiene una forma de retinopatía leve, y por lo tanto tomar conciencia de que cada 6 meses se va a controlar el fondo de ojo, para ver si esa retinopatía progresa o no. Porque en caso de progresar a formas moderadas o formas un poquito más severas ahí si va ver que hacer un tratamiento posiblemente con láser.
-¿El daño en la retina es irreversible?
-En general las causas de pérdida de visión en la retinopatía diabética son: por edema macular, es decir que la parte central de la retina, que se llama mácula, -que es la que ve los detalles, es la que nos permite leer letra chica o ver números chicos, la que permite hacer la lectura-, si en esa zona los capilares se dañan y pasa liquido a la retina, a eso se le llama edema. El edema retinal es una de las causas de la disminución de visión.
Las otras causas de disminución de visión son las hemorragias, y ya en los casos más severos las hemorragias hacia el humor vítreo -que llena el ojo adentro- y el desprendimiento de retina traccional.
Entonces lo que nosotros podemos tratar es el edema macular. Se puede tratar con láser. El tratamiento sirve en etapas precoces para evitar que la retinopatía pase de las etapas leves a las severas. En realidad el tratamiento con láser tiene dos funciones: una, evitar que la retinopatía empeore y progrese hacia pasos más severos, de esa forma estamos impidiendo también que se llegue a la ceguera tan temido por el diabético. En algunos casos el tratamiento puede mejorar en algo la perdida de visión. Pero el tratamiento con láser está enfocado en evitar la progresión a etapas más severas de la retinopatía.
-¿No hay otras opciones?
-El tratamiento a seguir -porque no hay otra cosa- es el láser. Se ha hablado de algunas drogas como el Dobexilato de Calcio que es el Doxiun que son protectores capilares, de aspirina, pero en realidad lo único que ha mostrado en el momento lo efectivo en el tratamiento de la retinopatía diabética es la fotocoagulación, es decir el tratamiento con rayo láser.
-¿Como está Uruguay con respecto a esta tecnología?
-En tecnología esta en año 2004, es decir, acá no falta absolutamente nada para tratar todo tipo de afección producida por la retinopatía diabética, desde una fotocoagulación con láser hasta unas hemorragias del vítreo, y desprendimiento de retina. Por una retinopatía diabética absolutamente todo se trata en el Uruguay, con maestrías del más alto nivel de los mejores centros de tratamiento de problemas de retina en el mundo. No hay nada que falte y tenemos técnicos excelentemente preparados, -incluso muchos de ellos en el extranjero- para realizar todos los tratamientos.
Indudablemente hay casos de retinopatía diabética severa o avanzada que llegan a esa etapa y que no tienen solución acá ni en ninguna parte del mundo. Porque ciegos por diabetes hay y siguen habiendo, pero cada vez son menos gracias a la tecnología con que contamos, pero fundamentalmente a la concientización del diabético de que su ojo es uno de los órganos más afectados por la diabetes. De manera que debe consultar al oftalmólogo y cuidarse y controlarse y hacer el tratamiento a tiempo para que la enfermedad no progrese.