Más del 60 % de nuestra población, presenta 3 o más factores de riesgo vascular. (FRV). Edad, sexo, hipertensión arterial, Diabetes, dislipemias, tabaquismo, sedentarismo, obesidad, antecedentes de enfermedad cardiovascular en familiares directos, antecedentes personales de sufrimiento coronario, el stress persistente entre otros.
No todos los pacientes conocen las posibilidades terapéuticas con las que contamos en nuestro medio. Lo mismo sucede con un alto porcentaje de nuestros colegas.
Cuando se comienza a perder la erección, es el momento de comenzar a tratarla y no dejar que el proceso se agrave permitiendo que pase el tiempo.
El primer tratamiento que tenemos a nuestro alcance es el VIMAX (sildenafil del Laboratorio ROEMMERS). Actúa mediante la inhibición de una proteína que a nivel del pene produce vasoconstricción, por ende, al bloquear esa sustancia, el efecto es la dilatación y como consecuencia la erección. La eficacia del mismo varía por múltiples factores ya que cuanto más importante sea el daño vascular padecido por el paciente, menor va a ser el efecto de esta sustancia.
La dosis de comienzo es en general, de 50 mg por toma, pudiéndose llegar a los 100 mg cuando no fue eficaz la dosis anterior.
Por encima de los 100 mg, la sustancia, según nuestra experiencia, no genera mayor cambio en la erección, pero si mayores efectos secundarios, aunque ninguno de ellos, grave.
También tenemos en nuestro mercado el TADAMAX (tadalafil del Laboratorio ROEMMERS). Esta sustancia es muy parecida al VIMAX en su acción farmacológica, con la ventaja de que una vez ingerida, su efecto aparece en 30 minutos y se puede mantener más allá de las 30 horas. Esto significa que una vez que se ha tomado, el efecto eréctil aparecerá dentro de ese periodo una vez lograda la excitación sexual.
El TADAMAX viene en dos presentaciones, de 20 miligramos, indicado para el día en que se tendrá una relación sexual, y la presentación de 5 miligramos, TADAMAX UD, de toma diaria indicada en casos especiales y con muy buen resultado. En un meta análisis de 5 ensayos, los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 presentaron mejorías significativas en la sintomatología comparados con placebo, en el agrandamiento benigno de la próstata (HBP). Recientemente la FDA, Oficina federal de alimentos y medicamentos de EE UU ha aprobado al tadalafil para el tratamiento sintomático de la HBP.
Cuando la vía oral no actúa, el segundo escalón terapéutico, es la inyección intracavernosa (IIC). Decidido este paso, lo único que se requiere, es realizar lo que se denomina, test o prueba de erección. Se inyecta al paciente, intracavernoso, una dosis de acuerdo a los datos aportados en el interrogatorio y por el examen físico, y se espera 10, 20 o 30 minutos examinando la respuesta en cada período de tiempo. Eventualmente, se puede indicar la realización de una ecografía de los vasos cavernosos para conocer su estado (Eco-Doppler)
Aunque parezca mentira, esto que a muchos asusta, es totalmente indoloro.
A veces, un tratamiento transitorio con inyecciones logra una evolución favorable revirtiendo el cuadro.
Otras veces, cuando el proceso patológico es importante, lograda la dosis efectiva para ese paciente, se deberá instruirlo adecuadamente para que él mismo proceda al uso de las inyecciones.
Es extremadamente importante que el paciente siga las instrucciones y esté atento a las precauciones que se deben tener para el correcto uso de este tipo de tratamiento.
Las condiciones de asepsia, y el control del tiempo de erección post aplicación son puntos muy importantes que se deben conocer.
Las IIC, están formalmente indicadas en:
– Pacientes donde no actúa la vía oral.
– Trastornos arteriales de diferente tipo.
– Trastornos de origen neurológico.
– Síndrome veno-oclusivo.
– Trastornos de origen psicológico pero donde ni la terapia sexual, ni la vía oral, han dado resultado.
– Disfunciones eréctiles inducidas por drogas o aquellas de origen mixtos.
Las contraindicaciones son, por suerte, poco frecuente:
– Graves trastornos de la coagulación, mal tratados y/o mal controlados.
– Enfermedades psiquiátricas graves.
– Enfermedad cardiovascular que contraindique el esfuerzo de una relación sexual.
El tratamiento de la disfunción eréctil con IIC, exige una confianza recíproca entre paciente y médico.
El abuso es tan perjudicial como con cualquier otro fármaco.
Su eficacia dependerá de su correcto uso y de mantener una comunicación permanente con nosotros una vez instruido. Para ello estamos.