Tomado y adaptado del trabajo español presentado en 2019, por los colegas:
Nuria Pascual-Regueiro, José M. Baleriola-Júlvez, Milagros Hortelano-Perales, Jorge Panach-Navarrete, Luz Casco-Sales y José M. Martínez-Jabaloyas.
Se define la disfunción eréctil (DE) como la incapacidad permanente o recurrente para conseguir o mantener una erección suficiente para una actividad sexual satisfactoria.
No debe confundirse con algún fallo ocasional si después hay una recuperación absoluta, eventos estos que suceden muy frecuentemente a cualquier edad, exista o no patología de fondo.
La DE es un fenómeno edad-dependiente, que está muchas veces dentro de los trastornos sexuales del varón anciano, junto a la anorgasmia (Falta de eyaculación), el deseo bajo, la disfunción eyaculatoria (Eyaculación sin orgasmo u orgasmo sin eyaculación), defectos anatómicos peneanos o el priapismo (Erección prolongada no erótica).
Se ha estimado que la prevalencia mundial de DE se duplicara de 150 millones de varones en 1995 a 320 millones en el 2025. ¡Y qué cerca estamos!
La disfunción eréctil tiene una prevalencia del 19 % en los varones entre 25 y 70 años y del 25 % o más a partir de los 50 años. La relación de la disfunción eréctil con afecciones que generan riesgo cardiovascular, hace que se considere un síntoma centinela de problemas cardiovasculares futuros mucho más severos con riesgo de muerte o secuelas cardiacas y/o neurológicas permanentes.
Por otra parte, la sintomatología urinaria baja en el varón, es también muy frecuente a partir de esa misma edad.
Se puede decir que, por encima de los 50 años, entre el 50 y el 70 % de los varones presentan síntomas urinarios, con frecuencia asociado a la hiperplasia benigna de próstata. Diversos estudios epidemiológicos muestran una asociación entre disfunción eréctil y sintomatología urinaria baja. Es lógico entender que, a mayor edad, mayor posibilidad de problemas de erección y de trastornos urinarios por patología benigna de la próstata.
Resultados obtenidos del trabajo publicado:
En este estudio español, 302 varones fueron aptos para el análisis.
La edad media de los pacientes fue de 57,3 ± 10,6 años.
La prevalencia de la disfunción eréctil (DE) fue del 36 % (108 pacientes). De ese número, 43 era una disfunción eréctil severa, 15 moderada, 12 leve-moderada y 38 leve.
Asociada a esa DE se encuentra la hipertensión, diabetes, dislipemias, obesidad abdominal, tabaquismo, así como la edad del paciente. O sea, a mayor edad, mayor DE, cosa que se conoce desde la década de 1950 tras los estudios de Kinsey.
De todas maneras, este estudio al igual que muchos otros anteriores muestra la enorme relación de la Diabetes con la DE y su aparición en pacientes más jóvenes en comparación con los no diabéticos. Algo interesante de este trabajo fue que tampoco hubo diferencias en el grado de DE entre los pacientes con y sin hipogonadismo bioquímico (bajos niveles de las fracciones de Testosterona).
La presencia de sintomatología urinaria moderada o severa es el otro cuadro que ha mostrado una relación independiente con la DE en este estudio.
Otros investigadores refieren que la presencia de sintomatología urinaria se relaciona negativamente con la función sexual y la presencia de sintomatología urinaria severa es un factor de riesgo independiente para la DE lo que se ha confirmado en diferentes estudios. Su relación es tal que se postula la necesidad de investigar la disfunción eréctil en todos los pacientes con síntomas urinarios bajos. Por ello, es importante que el médico general en atención primaria, interrogue si existe o no, la poliuria nocturna. (levantarse varias veces en la noche para orinar).
Conclusión:
Más del 30 % de los pacientes entre 40 y 80 años en atención primaria, (médico de medicina general) pueden padecer DE. La asociación con factores de riesgo cardiovascular hace importante su detección. Existe una fuerte asociación entre la DE y los síntomas urinarios por lo que resulta conveniente investigar la función sexual en los pacientes que consultan por síntomas urinarios bajos.
Resumen final:
Riesgo de muerte o secuelas cardiacas y/o neurológicas permanentes.
Esto que he remarcado es exactamente lo que los pacientes no logran entender. La enorme mayoría de los varones de más de 50 años de edad, no asumen la gravedad y la importancia que tiene el síntoma de disfunción eréctil como predictor. ¿Será importante consultar?