¿Es un mito o una realidad que existan problemas de erección con tanta frecuencia en nuestro país?

En Uruguay, como en casi todo el mundo, los problemas de erección tienen una muy alta frecuencia. Prácticamente, uno de cada cuatro varones sufre esta dificultad.

¿Se puede decir que, en la mayoría de los casos, la causa es como se consideraba años atrás, de origen sicológica?

En sujetos jóvenes su causa es principalmente sicológica, pero después de los 45 años de edad, ya van apareciendo problemas orgánicos, es decir, de causa física.

¿A grosso modo, cuál sería la causa básica, o primaria de la disfunción eréctil por encima de esos 45 años de edad?

La causa que más comúnmente se puede encontrar es aquella de origen vascular- arterial. Esto es, déficit de la circulación sanguínea en los cuerpos cavernosos del pene que son los órganos eréctiles.

¿Qué ejemplos nos puede dar?

Tenemos que hacer referencia a los llamados factores de riesgo vascular. Encontramos entonces enfermedades como: Diabetes mellitus, hipertensión arterial, trastornos de las grasas sanguíneas, tabaquismo, sedentarismo, obesidad, antecedentes de coronariopatía, antecedentes familiares de estas patologías que nombramos, stress crónico mantenido, síndrome metabólico, entre otras causas.

Y de esas causas, ¿cuáles serían en Uruguay, las más frecuentes?

Si bien la hipertensión arterial se ve en el 35 % de los uruguayos de ambos sexos, la Diabetes conocida y tratada, que ronda el 8 %, es, sin lugar a dudas, la causa más frecuente. En mi consultorio llega al 23 % de quienes consultan por falla eréctil.

La coincidencia de tres o más factores de riesgo vascular complica más el cuadro y disminuye la eficacia de los fármacos con los que se cuenta para el tratamiento por vía oral.

¿En la Diabetes, controlar y tratar la enfermedad, hace desaparecer el problema?

Es una condición no discutible controlar y tratar la enfermedad. Pero eso no es garantía de que desaparezca el problema, pues muchas veces el daño vascular fue tan importante y prolongado que se requeriría una medicación permanente u ocasional para lograr la erección.

El uso de hormonas, -particularmente de testosterona para la disfunción eréctil-, ¿es correcto?

Si hay sintomatología de déficit de Testosterona y esto se compruebe con los exámenes de laboratorio, en ese caso se puede administrar. Pero depende a su vez de una valoración urológica para saber el estado de la próstata. Una disminución del Deseo sexual no debe ser de por sí una indicación de Testosterona. Primero debemos saber por qué carece de deseo. Quizás la causa sea la pérdida de la erección. Corrigiendo esto, el deseo regresa solo.

¿A qué edades se consulta más sobre este tema?

Si bien tenemos pacientes que han consultado entre los 18 y los 95 años de edad, el mayor porcentaje se encuentra entre los 60 y los 79 años. De todas formas, debemos decir que, si bien la disfunción eréctil aumenta con la edad, el número de consultas disminuye pues los pacientes de más de 80 años, ya que muchas veces creen que ya no hay nada para hacer. Por suerte no es tan así.

Significa que a esas edades ¿también se pueden lograr resultados positivos con algún tratamiento?

Por supuesto que sí. Lógicamente en esos pacientes debemos valorar muy bien sobre todo el estado Cardiovascular, dado que una relación sexual de por sí es un ejercicio importante. Cuando la sexualidad se ha estado ejerciendo, a pesar de tener problemas, ese paciente, añoso, tiene un entrenamiento que favorece la terapéutica.

¿Qué otros elementos se deben valorar a la hora de establecer un tratamiento     de la disfunción eréctil?

Es muy importante realizar una correcta y completa historia clínica, así como un examen físico general y genital en particular. Conocer la medicación que el paciente recibe ya que nos da la pauta de las enfermedades que padece y de la posibilidad de una terapéutica en particular.

Para finalizar, ¿Diagnosticada la Diabetes comienza la falla eréctil coincidentemente?

El diagnóstico clínico o de laboratorio de una Diabetes, significa 10 a 15 años de evolución silenciosa de la misma, y ya desde ese entonces puede haber sido afectada la función sexual del varón.